La palabra electricidad
podemos decir que tiene su inicio etimológico en el término griego electrón que puede
traducirse como “ámbar”. Partiendo del mismo se establece que la persona que
acuñó este término fue más concretamente el científico inglés William Gilbert
quien en el siglo XVI habló de “eléctrico” para mencionar los fenómenos de
cargas de atracción que descubrieron ya los griegos.
La electricidad
es una propiedad física manifestada a través de la atracción o del rechazo que ejercen entre sí las distintas
partes de la materia. El origen de esta propiedad se encuentra en la presencia
de componentes con carga negativa (denominados protones) y otros con carga positiva (los
electrones).
La electricidad, por
otra parte, es el nombre que recibe una clase de energía que se basa en dicha propiedad física y que
se manifiesta tanto en movimiento (la corriente)
como en estado de reposo (la estática).
Como fuente energética, la electricidad puede usarse para la iluminación o para
producir calor, por
ejemplo.